En
estos últimos días comienzan a aparecer datos sobre las principales
economías emergentes, y existen desequilibrios visibles en algunos
de ellos. Los fantasmas de la reciente crisis que se ha sufrido en el
ámbito internacional no terminan de desaparecer y se vuelven a
encender nuevas alarmas. Mientras tanto, los países desarrollados
juegan el papel del desinterés o están ocupados en sus propios
asuntos, cuando deberían mantener un principal cuidado al quedar
todavía la incógnita de cómo se desarrollan los hechos en el nuevo
escenario internacional que se aproxima.
Históricamente,
cuando una crisis comienza en algún país, no suele tenerse en
cuenta por el resto de naciones de un mundo cada vez más globalizado
y comunicado, por lo que suele recaer en estas últimas por sorpresa
y con relativa crudeza. La Gran Recesión, denominada así a la
crisis desencadenada en EEUU durante 2008 sigue aún su proceso de
contagio y perduran sus efectos en algunos países. Si bien también
ha sido denominada como la “crisis de los países desarrollados”,
ya que sus consecuencias se observan en los más ricos del mundo,
puede que ahora este mutando como lo hizo anteriormente, pasando de
EEUU a la UE, y esté empezando a afectar a los grandes países
emergentes, principalmente China en Asía y Brasil en Latinoamérica.
En
los últimos tres años, los mercados emergentes han sufrido una
apreciación de sus monedas debido a entradas masivas de capital;
pero con el anuncio de EEUU de ir retirando los estímulos, está
provocando fuertes sacudidas en sentido contrario. Existen dudas
sobre el sistema bancario chino y la economía brasilera se ha
sobrecalentado, por lo que existen expectativas menores de
crecimiento sobre ambos países. Ya han surgido problemas en las
economías débiles como Argentina y Turquía, además de la
inestabilidad política tailandesa que ha provocado el freno a la
inversión externa, los proyectos en infraestructuras públicas y el
consumo interno; estos dos primeros países, al igual que India, han
elevado sus tasas de interés para defender sus monedas y es probable
que otros los sigan. A su vez, este cambio de política americana
afectará a la UE: porque el euro se ha mantenido alto durante toda
la crisis dificultando la recuperación vía exportaciones; por la
amenaza latente de la deflación a falta de políticas monetarias del
BCE que la contrarresten; y por el sobreajuste en algunos países.
Los
datos de China que encienden las alarmas, muestran que el país
tendrá un crecimiento estable con riesgo de financiación y
sobrecapacidad productiva. Esto implica que el 2014 será un año con
tensiones para la economía China, que se enfrenta a tendencias
divergentes en el entorno macro y microeconómico. Se podría
presenciar un impacto negativo en su economía real como resultado de
las reformas que aplicaría su Gobierno, y en el riesgo crediticio
asociado con el aumento de los costes de financiación. El PIB chino
se espera que permanezca estable en 2014, ya que descenderá
moderadamente al 7,2% interanual debido principalmente a una mayor
inflación. A la vez, en Brasil empieza a detectarse en el sector
agrario una subida de la inflación debido principalmente al alza en
los precios de los productos agropecuarios por falta de lluvias en
los campos. Las primeras estimaciones definitivas del crecimiento del
PIB brasileño están en el 2,3% para 2013 relacionado al incremento
en el 7,3% del sector agrario, el 1,3% del sector industrial, el 2,1%
del sector servicios, el 2,3% del consumo familiar, el 1,8% del
consumo gubernamental; todo oscurecido por el deterioro del sector
externo con un 8,7% de las importaciones ante sólo un 2% de las
exportaciones.
Si
bien el Gobierno chino se plantea un menor crecimiento como objetivo
representativo en la aceleración de las reformas, con ello todo lo
que conseguiría sería una ligera mejora en sus exportaciones e
inversiones asociada a la recuperación global. A su vez, el Gobierno
debería continuar con la estimulación de la construcción
fomentando la inversión del sector privado en infraestructuras,
principalmente en la construcción de redes de poblaciones en las
regiones de centro-oeste y noroeste; ya han anunciado que su política
fiscal se mantendrá estable, siendo el sector privado quien deberá
financiar esos proyectos. Internamente se ha liberalizado el tipo de
interés durante 2013, obedeciendo los préstamos bancarios más a
las exigencias del mercado, por lo que se debería vigilar el aumento
en los costes de financiación ya observándose un lento incremento
de la media ponderada de los tipos de interés durante ese año, y
dado que existe un escaso mercado interbancario, podría traducirse
en un aumento en los tipos de interés más pronunciado. Por otro
lado, muchos bonos corporativos y deudas de los gobiernos locales
deben hacerse frente durante 2014, lo que conduciría a una escasez
en la liquidez. Esta situación afectaría particularmente a las
pequeñas y medianas empresas, que tradicionalmente no han recibido
facilidades para el acceso al crédito bancario. También, el
gobierno se esfuerza para hacer frente a los excesos de capacidad,
afectando a las empresas más pequeñas e ineficientes al enfrentarse
a los aumentos de costes e incertidumbres políticas.
Analizando
cada sector chino por separado, la tasa de utilización de la
industria del acero se mantuvo baja en 2013 y el ratio
pasivo/patrimonio de las grandes y medianas empresas de este sector
permanece en un nivel del 231%, demostrando que las acerías operan
fuertemente apalancadas y en el caso de que este ratio se incremente
aún más, se produciría un mayor riesgo de insolvencia e impago,
dados los niveles actuales de beneficios y las dificultades de
generar flujo de caja. La industria del carbón esta pasando por una
reestructuración debido a los nuevos estándares medioambientales y
a la reducción de su capacidad, lo que conlleva una importante
disminución de su demanda. Esto está relacionado con la plana
demanda de los sectores del acero y el cemento, que de momento
mantienen estable el precio del carbón pero incrementan el exceso de
oferta, no sólo a nivel local, sino también internacional. El
sector del automóvil, también afectado por las medidas para
controlar el número de coches en las mayores ciudades chinas,
apostará por la producción de vehículos más ecológicos,
impactando negativamente en los fabricantes de automóviles
japoneses. El sector de la electrónica e informática experimentó
una reducción en las exportaciones de electrodomésticos de tamaño
medio durante 2013 aunque sigue gozando de buena salud y podría
repuntar ante la recuperación de EEUU y Europa en 2014. Para el
sector de las ventas al por menor hay varios factores que generan
incertidumbre de sus perspectivas, entre los que podemos mencionar
los esfuerzos del gobierno por erradicar la corrupción, la
apreciación del yuan que empuja el consumo hacía el extranjero, el
descenso de los ingresos, el aumento del IVA, planes de inversión y
tasas aduaneras.
En
el caso brasileño, los productos del sector agrario que
principalmente vieron afectados los precios al alza, son el
café(12,5%), la carne (19%), el maíz (6,5%) y los huevos (11%) ya
que el calor incrementa la mortalidad de las gallinas. Estas subidas
podrían propiciar las de otros alimentos como el azúcar,
hortalizas, frutas y verduras, por el índice inflacionario aunque
las sequías también afectan la producción de estos alimentos.
También, destaca que la soja le va ganando terreno a estos cultivos
por un mejor precio en el mercado internacional, pudiendo llegar a
ser líderes mundiales en este cultivo superando a EEUU. En el caso
del mercado interno, éste ya comenzando a experimentar una reducción
del 0,2% en las ventas minoristas de diciembre, moderando el avance
del sector al 4,3% interanual, significando esto el menor resultado
en 10 años y por debajo de todas las previsiones para el pasado
2013. La desaceleración del ritmo de crecimiento de la masa salarial
hizo avanzar poco a los segmentos de hipermercados, supermercados,
productos alimenticios, bebidas y tabaco. Los únicos sectores que
ayudaron a mantener el mercado minorista han sido el farmacéutico,
médico, perfumería, automotriz, repuestos y construcción. Esta
situación demostraría el agotamiento del crecimiento del país
basado en el consumo interno. El superávit de la balanza comercial
en los últimos 13 años de forma ininterrumpida, va camino al
déficit para el 2014 según estimaciones poco prometedoras, debido a
la concentración del 65,3% de las exportaciones en commoditys (soja,
acero, celulosa, zumo de naranja, etanol, lubricantes, combustibles,
café, azúcar, entre otros) cuyos precios son formulados de acuerdo
con los rumores del mercado internacional, y se predice, que los
mismos continúen cayendo debido a la ralentización del consumo en
China y la recuperación de la economía norteamericana.
Los
líderes europeos, quienes han conseguido algunos signos de
estabilidad y recuperación en los países de la Unión, no ven con
preocupación lo que empieza a suceder en los países emergentes y
desestiman de momento los riesgos de contagio. Muchos dirigentes
europeos no dejan de repetir que lo más duro de la crisis ha pasado
y que los rescates en Europa han funcionado. En la última reunión
de ministros, España fue elogiada celebrando el éxito del rescate
financiero y animada a seguir con las reformas, sin importar que
muchas de sus empresas están presentes en mercados con dificultad,
su recuperación es pálida y el paro sigue en el 26%. Seguro que por
defecto de forma de los discursos políticos, al principio de todos
ellos han de demostrar verdaderos signos de fortaleza; pero la
realidad es otra y seguramente la nueva crisis que se esperaría en
los países emergentes, terminaría afectando al resto de economías
del mundo. Muchos países europeos están fuertemente relacionados
con economías que están empezando a mostrar signos de debilidad, a
través de los intereses que allí tienen sus empresas y porque sus
exportaciones se han incrementado con destino a estos países y ya
están empezando a frenarse.
En
Europa se cree que su posición actual es diferente a la de los
países que se ven envueltos en las nuevas dificultades y que debe
mantener los progresos con las reformas y las políticas fiscales, ya
que estás turbulencias estarían relacionadas con los mercados de
divisas y las políticas de EEUU. Da la impresión de que la UE ha
olvidado que su sistema bancario debe volver a pasar pruebas de
resistencia (Test de stress) y aunque ninguna entidad requerirá
tanto capital como para poner en peligro a un soberano,
concentrándose esas necesidades en algún banco italiano, portugués,
español y algún que otro banco regional alemán, sin suponer un
riesgo financiero, pero tal vez lo sea políticamente para estos
países. Dependiendo de la dureza de esas pruebas es probable que
algún banco caiga y las consecuencias sobre Europa podrían ser
catastróficas. El BCE deberá bajar los tipos de interés de
referencia y la tasa de depósitos a negativa, lanzando un mensaje al
euro para que se devalúe y con esto ayudarían a las exportaciones
de la Unión.
En
EEUU se vivió el verano pasado una situación delicada en lo que
respecta al traspaso hacia la normalidad monetaria, cuando Ben
Bernanke se refirió por vez primera al calendario de retirada de
estímulos; y este año no se dejó presionar por la responsabilidad
de los actuales movimientos en la lira turca y el peso argentino.
Mientras tanto, el Fondo Monetario Internacional dirigido por
Christine Lagarde, seguirá de cerca cada proceso por los riesgos que
encierran para la economía global, aunque de momento no observa
efectos importantes por los ajustes en las carteras globales de
inversión en las economías de los países emergentes, aunque pide a
la FED que comunique bien su estrategia y retire los estímulos sin
prisas, habiendo éste anunciado ya un recorte en 10 millones de
dólares de su programa en la compra de bonos mensuales. La nueva
gestora de la FED, Janet Yellen, deberá lograr un complicado
equilibrio, ya que la recuperación de EEUU avanza por delante del
resto y eso justifica moderar la inyección de liquidez en la
economía a través de lo que ha sido una compra de bonos
multimillonaria.
Ya
hay inversores que estarían reorganizando sus carteras porque los
emergentes no son tan atractivos como durante el colapso financiero
de 2008 y porque la caída en los precios de las materias primas daña
a la mayoría; esto conllevará probablemente al alza de los tipos de
interés en los bonos, aunque particularmente la FED no tenga
intenciones de elevar los tipos de interés. Los inversionistas saben
que cuando la FED se encuentra en un punto de inflexión en su
política, de un momento para otro, hay una crisis en algún mercado
emergente de algún lugar.
EEUU
es una pesada carga en los mercados emergentes y cuando la FED hace
bien las cosas los capitales vuelven a través de los inversores que
confían en la historia de crecimiento americano. Hay que tener claro
que los inversores ponen su dinero en los mercados emergentes en
busca de un rendimiento elevado y esta liquidez global tiene un
importante impacto a corto plazo en los mercados emergentes. Si China
que es el mayor país de los emergentes, y que a su vez influye en
éstos, se debilitase, es probable que arrastrase al resto.
No
debemos olvidar que la crisis asiática de los 90´ terminó
afectando a EEUU y estaría por verse si finalmente se desata una
nueva, porque existen pruebas suficientes de que algo está empezando
a cambiar. En definitiva, no debería pasarse por alto que nadie está
a salvo de una nueva oleada de miedo en los mercados, y sobre todo,
en un mundo global e interconectado.
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