Ante
las diferentes manifestaciones sociales que se viven hoy en
Venezuela, hemos querido hacer un análisis del país que nos permita
ver el papel que juega éste en el comercio internacional y cómo se
desempeña en los mercados externos para entender cuáles son los
problemas que afectan su sociedad.
Venezuela
es un país con una balanza comercial positiva, ya que su economía
está orientada a las exportaciones, siendo su principal actividad
económica la explotación y refinación de petróleo para la
exportación además de abastecer su mercado interno. Esto le ha
permitido ser la quinta economía más grande de latinoamericano
después de Brasil, México, Argentina y Colombia. La explotación
del petróleo venezolano es realizada por su propia empresa estatal
llamada Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA). Los orígenes de la
explotación del petróleo se inician en 1875, con un avance hacia la
refinería que les permitió procesar productos derivados, hasta que
en 1922, comienzan con la explotación a gran escala lo que permitió
un cambio en el rumbo del país. Venezuela es uno de los países
fundadores de la Organización de Países Exportadores de Petroleo
(OPEP). Previamente al cambio de rumbo Venezuela tenía su eje en la
explotación agropecuaria siendo exportadora por aquel entonces de
café, cacao, ganado vacuno, azúcar, papelón, tabaco, balata,
cueros de res y caucho.
La
dependencia de las exportaciones de hidrocarburos ha aumentado en
detrimento del resto de las exportaciones que desarrolla el país y
que actualmente sigue desarrollando pero disminuyen exponencialmente
llegando incluso a no poder satisfacer si quiera el mercado interno.
Los datos que demuestran esta afirmación indican que en 1999 las
exportaciones de bienes y servicios petroleros representaban en ese
año el 76% de las exportaciones, pasando en 2005 al 86% y en 2012 al
96%. Con la expansión petrolera vino el abandono del campo, ya que
incluso los salarios y la calidad de vida eran superiores en la
industria petrolera en lugar de la agraria. La explotación a gran
escala inundo el mercado con abundante oferta de trabajo en este
sector, permitiendo al país crecer en renta per cápita superando a
países de similares características geográficas de la región, lo
que llevó a que el país comience a tener importantes tasas de
inflación incluso superiores a la que tienen en la actualidad.
Además
de exportar petróleo, Venezuela exporta hierro, acero, aluminio y
sus manufacturas, carbón, productos químicos y otros productos de
las industrias básicas, que en total aportan el 4% de las divisas
obtenidas por el país. El valor de las exportaciones no petroleras
del país ha sufrido un grave revés en valor monetario pasando de
5529 millones de dólares en 1998 a 3771 millones de dólares en
2012. En contrapartida el país importó bienes y servicios por valor
de 15492 millones de dólares en 1998 pasando a 65360 millones de
dólares en 2012. Las importaciones son principalmente de productos
elaborados que se van acentuando año tras año, debido a la cada vez
más existente necesidad de maquinarias y sus repuestos, ya sean
eléctricos o electrónicos. Los principales compradores de las
exportaciones de Venezuela son EEUU, Colombia, Reino Unido, Antillas
Neerlandesas, Japón, México, Italia, Alemania, Brasil, Canadá,
Francia y España. El comercio ha aumentado con los países miembros
de la Comunidad Andina de Naciones, Comunidad y Mercado Común del
Caribe (CARICOM), Mercado Común Centroamericano (MCCA) y Mercado
Común del Sur (MERCOSUR).
Demostrado
está, como no podía ser de otra manera que la principal industria
del país es la de los hidrocarburos y sus derivados, dejando a
Venezuela como la novena nación mundial exportadora de petróleo.
Esta actividad esta principalmente concentrada en los campos de
extracción del Lago Maracaibo, la cuenca Barinas-Apure y en la
oriental. La compañía estatal PDVSA administra este recurso.
Existen datos en cuanto a niveles de producción de la compañía
PDVSA con objeto de mantener al pueblo centrado en la bondad de este
recurso que luego suelen ser diferentes a la realidad y caen a menudo
en contradicciones, siendo objeto de muchas polémicas en el país.
En
1998 PDVSA con 36 mil empleados producía 3 millones de barriles
diarios, mientras que en 2011 con poco más de 121 mil trabajadores
no llegan a producir más de 4 millones diarios. Las contrataciones
de personal se incrementaron en un 336% para incrementar tan sólo en
un 30% la producción de petróleo en el termino de 12 años, dato
que demuestra la ineficacia de los gobiernos que han apostado por un
sector en detrimento de los otros llevando al país a perder
capacidad productiva y competitividad. A finales de 2013 Venezuela
exportaba unos 1,3 millones de barriles diarios de petróleo
manteniendo la misma plantilla, debido a las cuotas de producción
impuestas por la OPEP.
Mientras
tanto, la industria minera que tiene una de las reservas de hierro
más importantes del mundo ha venido cayendo en los últimos años,
teniendo detrás a una empresa estatal (SIDOR) que gerencia la
extracción y procesamiento de este metal. En 1997 la empresa fue
privatizada, ya que en ese período se vivió una ola de
privatizaciones debido a la falta de ingresos provenientes del
petróleo, que permitieron obtener las divisas necesarias para
reconvertir determinadas industrias que eran ineficientes. A través
de dicha privatización, la empresa incremento la producción hasta
que en 2008 volvió a ser estatizada, acontecimiento que vuelve a
demostrar la inoperancia de un estado, ya que la empresa ha vuelto a
disminuir su producción, produciendo tan solo el 45% de su capacidad
instalada en 2013. Otros de los minerales no petrolíferos que la
empresa explota son la bauxita y el oro, esté último sin llegarse a
explotar de manera intensiva todavía por falta de inversiones del
estado.
Por
su parte, la industria agrícola tiene dos federaciones de producción
ganadera enfrentadas: FEDENAGA (Tradicional) y FEGAVEN (Aliada al
gobierno), lo que implica obtener datos estadísticos divergentes
entre el sector privado y el gobierno. No obstante, la realidad de
los datos indican que la producción de productos agrarios como la
leche y la carne de hace dos décadas eran muy superiores y
alcanzaban a abastecer un porcentaje mucho mayor del consumo interno
de esos alimentos. Existen cifras que indican que Venezuela llegaba a
producir el 80% de esos alimentos, mientras que en la actualidad debe
importar el 50%. En el caso concreto de la leche, su producción cayó
un 33% en 2012 dado el control de precios impuesto por el gobierno.
También, podemos observar que ha pasado lo mismo en producciones de
arroz y maíz que se reducen año tras año. En 2007, el maíz blanco
que es uno de los productos altamente demandados a nivel interno en
el país permitía el autoabastecimiento, pasando a tener que
importar hasta el 55% de este producto en 2012. En datos, la
producción de maíz se ubicaba por encima de un millón de
toneladas, de las cuales 789 mil toneladas fueron de maíz blanco,
insumo principal para la elaboración de la arepa. La industria
procesadora de harina precocida demanda al año un millón y medio de
toneladas del cereal aproximadamente. De eso, 53,54% lo aporta la
producción interna y 46,46% se suple vía importaciones.
Cabe
destacar que en la industria alimenticia, “Empresas Polar”, es la
segunda compañía de carácter privado más importante del país
después de PDVSA que incluso ya se ha expandido internacionalmente.
Esta empresa que es proveedora de los alimentos en todo el país,
sufre en el último año importantes retrasos en el abastecimiento de
las cadenas de supermercados, debido principalmente a los retrasos
que la propia compañía mantiene en las deudas con sus proveedores
internacionales que le facilitan las materias primas para
manufacturar alimentos básicos que forman parte de la cesta de
alimentos del pueblo venezolano, ya que el gobierno mantiene muchas
liquidaciones de pagos en divisas pendientes de autorizar. La empresa
ha confirmado que los retrasos en las liquidaciones de divisas que
les permiten pagar sus deudas con los proveedores externos van de los
141 días a los 769 días, afectando la recepción o retrasos en
nuevas partidas de esas materias primas y en consecuencia se produce
el desabastecimiento. La empresa procesa harina precocida, aceite de
maíz, pastas, arroz, maíz blanco, maíz amarillo, azúcar para
bebidas entre otros alimentos que son los afectados por estos
retrasos. Otros factores que afectan el retraso en la entrega de los
alimentos también son burocráticos, ya que la empresa acusa a la
Superintendencia de Silos Almacenes y Depósitos Agrícolas por
retrasos en la entrega de los permisos y guías para movilizar
alimentos, lo que afectó este año el suministro para Barinas,
Mérida, Táchira y Zulia; a pesar de que la empresa cuenta con los
productos y materias primas en stock para el abastecimiento de la
demanda.
La
escasez de productos de uso diario se ha convertido en el fenómeno
más particular de la economía venezolana en la que el gobierno ha
intentado intervenir a través de una política de precios regulados
principalmente en la leche, carnes y aceites entre otros productos.
Por su parte, el gobierno relaciona la escasez al incremento en el
consumo de la población que no puede ser satisfecho rápidamente y
por la existencia del acaparamiento y contrabando, cuando en
realidad, un control de precios a un valor por debajo de los costes
de producción ante el alza en los precios de las materias primas, y
el exceso de liquidez monetaria ante un sistema de poca producción
agrícola nacional, son la falta de tal escasez. Si bien el
contrabando es un echo reconocido por todos debido a que en Venezuela
hay varios productos más baratos que en Colombia, Brasil y otros
países limítrofes, éste no es el principal motivo de la escasez y
este problema se acabaría con mayores controles en las fronteras,
combatiendo la corrupción que permite que esto suceda y con un
sistema de libre comercio entre los países de la zona que permitan
igualar la competitividad entre ellos.
Otra
política que se echa en falta en Venezuela, es el incentivo a la
industria turística del país, ya que tienen un gran potencial por
la cantidad de paisajes atractivos que poseen, pero faltan políticas
que favorezcan el desarrollo de este sector como la inversión en
infraestructuras que hoy sufren de gran precariedad, mejorar la
inestabilidad de la moneda, como así también combatir la
inseguridad existente por la falta de empleo que se ha arraigado
culturalmente y ya es un mal endémico en todas las economías
latinoamericanas, afectando al pueblo local y los turistas que
visitan al país.
A
raíz de está política preferencial del sector de los
hidrocarburos, Venezuela se ha vuelto muy dependiente de
importaciones de productos agrícolas, donde su principal importador
es el Estado Venezolano. Los datos revelan que las importaciones
totales del país entre 1997 y 2009 representaban en promedio un 16%
del total de compras en el exterior pasando en 2011 a representar el
35% y un 64% en 2012. Las importaciones de muchos productos que antes
llegaron a exportarse se centran principalmente en el sector de los
alimentos en rubros concretos como la leche en polvo, azúcar, carnes
de aves y bovino, arroz, maíz y café. El producto mayormente
importado es la leche en polvo. En 2013 el 50% de los alimentos que
se consumían en Venezuela eran importados. Otros productos en los
que el gobierno se ha embarcado a importar son armamento, siendo
justificado por Chavez para reemplazar armamento ya caducado y
seguramente al temor de alguna reacción americana ante los
atropellos verbales que contra ellos acometía. Esto llevo a que
Venezuela fuese el principal importador de armamento de Sudamérica,
siendo su principal proveedor Rusia con el 66%, seguido de España
12% y China con un 6% del total de estas importaciones.
En
consecuencia, el PIB de Venezuela oscila de forma brusca dada su alta
dependencia al precio del petróleo, lo que la ayuda a veces para
superar las crisis, aunque no lo suficiente debido a los débiles
sectores no petroleros, la fuga de capitales y a fluctuaciones
desfavorables en el precio del petróleo haciendo que las
recuperaciones no sean mayores. En 2003, debido a la grave
inestabilidad política, diversos conflictos sociales y la
paralización de las actividades de PDVSA, la economía venezolana
experimento una caída del 7,7% de su PIB, lo que llevo al gobierno a
establecer un control de cambio en la compra y venta de divisas.
Chavez coincidió ganar las elecciones luego de un año de gran
crecimiento de la economía del país, que en 2004 presenció un
crecimiento de su PIB del 17,9%, permitiendo al presidente acometer
inversiones sociales en educación, alimentos y salud que
incrementaron la calidad de vida de los ciudadanos más pobres. Su
mandato fue sucedido por varios años de bienestar y altas tasas de
crecimiento a causa de exportaciones récord, privatizaciones que
supusieron importantes crecimientos de las actividades no petroleras
como instituciones financieras, seguros, comunicación, construcción
y otros servicios. En 2007, se anunció una reconversión monetaria
para reducir estéticamente la inflación pero con resultados muy
lejos de lo esperado. Tampoco olvidemos, que fueron años de
incrementos consecutivos del precio del petróleo llegando a una
cifra altísima en el año 2008-2009, lo que también generaban
importantes reservas de divisas que permitían al gobierno de Chavez
aumentar el gasto público ayudándolo a combatir la pobreza y
reducirla. Pero como todo lo que sube, alguna vez tiene que bajar,
con la crisis de 2008-2009 el precio del petróleo empezó a
reducirse llevando al país a unas tasas de inflación altísimas
acompañado de caídas del PIB para ese año y los sucesivos, dejando
a Venezuela dentro del contexto regional muy por debajo del resto de
países de Latinoamericano y el Caribe, ya que no sólo cayo el
precio del petróleo sino que la crisis mundial afecto la demanda de
este producto porque todos los países redujeron su productividad y
el consumo de energía. Para el 2011 la economía venezolana vuelve
al camino del crecimiento y una lenta recuperación siendo anunciada
en el año 2013 una importante devaluación y otra nueva en 2014 lo
que conllevó a un incremento de la inflación más el cansancio de
su población. Debemos tener en cuenta que el gobierno incrementa la
deuda externa con objeto de mantener el gasto público, pero lo hacen
a niveles más altos al de los ingresos obtenidos por el petróleo y
resto de sectores proveedores de divisas, que más tarde le
permitirán pagar sus deudas internacionales. Ante una rebaja en el
precio del petróleo la situación en Venezuela se podría complicar
mucho más, ya que la deuda del país estaría actualmente en un 70%
del PIB según estudios independientes en un ciclo de altos precios
del petróleo.
Venezuela
necesita cambiar su estrategia comercial hacia el extranjero
invirtiendo en la agricultura con objeto de autoabastecer su demanda
interna. El deterioro del aparato productivo interno, producto de
políticas poco enfocadas en el crecimiento de la agricultura
nacional, ha traído como consecuencia que el país se haya
convertido en más dependiente de las importaciones de lo que era una
década atrás. Los analistas consideran que mientras haya recursos a
través de la renta petrolera habrá seguridad alimentaria, pero esa
política además de ser insostenible en el tiempo es nociva y vemos
que ya comienza a pasarle factura al gobierno de Maduro.
El
gobierno indudablemente ha favorecido a los que menos tienen y
consiguientemente ha mejorado su calidad de vida. No obstante, estas
políticas que dependen exclusivamente de los beneficios obtenidos a
través del sector petrolífero implican un constante incremento de
la inflación, aumento de la deuda externa y escasez de los productos
básicos para la alimentación de la población, que conlleva a un
malestar importante en una gran mayoría contraria a las políticas
del gobierno, y en breve llegará el freno de inversiones por parte
del estado en otros servicios básicos como ser la educación y
salud, ya que no podrán aumentar las exportaciones de petróleo ni
podrán mantener el incesante incremento actual de su deuda con
terceros países.
El
gobierno Venezolano debe hacer frente a un importante cambio en sus
políticas internas y externas, aunque de momento parecería no
querer reconocer su situación actual y las necesidades que le
reclama su pueblo, por lo que esperemos esto no conlleve a un
agravamiento mayor de su situación interna donde los que
definitivamente se verán perjudicados son los ciudadanos
venezolanos.
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Hasta
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